Hola, soy Dania

Comencé mi formación como profesora de Rocket Yoga en 2020 con la intención de profundizar en mi práctica y encontrar algún tipo de guía en momentos difíciles de mi vida. No tenía idea de lo que esta práctica tenía para mí. En poco tiempo, comencé a darme cuenta de que podía escucharme a mí misma, tanto física como internamente; desaprender ciertos patrones de comportamiento que ya no me servían y, sobre todo, ver la vida como un campo de juego infinito.

Mientras más practicaba, esos cambios que en su momento me hicieron caer, empezaban a verse como una oportunidad para crecer, para tener una relación con mi niña interna, para conectar con la curiosidad y la apertura a nuevas formas de ver la vida. A través de la práctica de Asana, comencé a habitar mi cuerpo y dejarlo ser mi herramienta para la introspección. Cuando menos lo pensé, empezaba a confiar en que estaba justo en donde debía estar.

Hoy en día, puedo decir que mi práctica ha ido más allá del tapete. He logrado incorporar enseñanzas de la práctica en mi día a día y sobreponer esa guía interna en situaciones complejas. La práctica de yoga me ha dado una manera diferente de vivir; vivir con devoción.

Ahora practico el Asana porque me apasiona el movimiento y se ha convertido en una herramienta para estar conmigo, para intencionar mis acciones, pensamientos y para conectar mejor con el mundo. Me muevo para celebrar que estoy viva y tengo un cuerpo que me hace sentir libre. Gracias a esto, hoy puedo incorporar varias técnicas de respiración y momentos de meditación en mi día, lo cual sigue siendo un trabajo en proceso.

En mis clases, me gusta iniciar con una meditación corta, practicar la unión de las intenciones a través del mantra OM, seguido de la práctica de Asana. Puedes esperar muchas inversiones, transiciones y flexiones hacia atrás. Me gusta invitar a todos, incluyéndome a mí misma, a conectar con nuestra intuición y creatividad y, lo más importante, llevar la práctica física fuera del tapete. Mis clases son una invitación a practicar y vivir con devoción.